Las criptomonedas han ganado en su corta historia una gran cantidad de partidarios, hasta tal punto que en algunos países la adopción de las mismas abarca a más del cuarenta por ciento de la población e incluso ante la hiperinflación que experimentan algunas monedas no faltan analistas que se atreven a postular a estos volubles activos como una forma más de protegerse de la pérdida de valor de las divisas nacionales.
Pero a pesar de lo espectacular del crecimiento y aumento de su cotización, las criptomonedas están todavía muy lejos del potencial que sus partidarios creen que pueden alcanzar, y precisamente el naciente metaverso podría ser el catalizador que las criptomonedas necesitan para tomar una parte mayor del pastel que supone la economía mundial.
Metaverso, un mundo virtual potencialmente mayor que la realidad
El metaverso, una vez esté creado y en funcionamiento, será mucho más grande que la realidad física que tenemos al alcance inmediato, que abarca poco más que nuestro mundo y una esfera de espacio casi vacío de unas pocas decenas de miles de kilómetros a su alrededor, de hecho puede ser tan grande como la capacidad de almacenamiento que los servidores permitan, y además según avance la técnica y la interconexión máquina-cerebro sea más eficiente la versión de la realidad que represente el metaverso será indistinguible de la realidad material. Hasta tal punto que existe una inquietante teoría que dice que según avanzamos en la creación de una realidad virtual más y más sofisticada, se hace a su vez más probable que nuestro universo sea una simulación creada por una inteligencia que a su vez puede habitar una simulación creada por otra inteligencia que habita otra simulación, etcétera, de la misma forma que nuestra simulación terminará por crear sus propias simulaciones hasta el infinito.
Pero esa es una cuestión secundaria comparada con el día a día, mundana realidad incluso en el metaverso y que por supuesto necesitará de una o varias formas de pago, y ¿qué mejor que utilizar un activo totalmente virtual como las criptomonedas? un activo que vale tanto para operar en trading online (en este caso no se adquieren los activos sino que se comercia con criptomonedas en forma de CFDs y donde el apalancamiento es un factor de riesgo a considerar), como para abaratar transacciones internacionales, que se puede utilizar para intentar ahorrar y también como medio de pago en cada vez más comercios y que por lo tanto, y a pesar de los riesgos de operar con ellas en parte por su alta volatilidad, parece ideal para el tipo de entorno que ofrecerá el metaverso, un entorno en el cual las empresas ya están invirtiendo gigantescas cantidades de dinero (fiat, en gran parte) para posicionarse en el que puede ser uno de los negocios más grandes de la historia de la humanidad.
Empresas y particulares ya están invirtiendo en el metaverso
Tanto el embrionario metaverso como el futuro metaverso plenamente desarrollado tienen y tendrán a la vez una parte lógica (software) como una parte física (hardware), y aunque cuando se piensa en internet, informática o realidad virtual se tiende a pensar sólo en la parte lógica, lo cierto es que esta no puede existir sin el hardware que la soporta, almacena y provee de energía, al fin de al cabo el aparentemente etéreo internet en realidad se encuentra alojado en servidores alrededor de todo el mundo que grosso modo no son más que gigantescos discos duros, no una especie de realidad paralela e intangible, así que invirtiendo en compañías de hardware como Nvidia uno puede invertir en el metaverso sin salirse del mundo físico para nada, aunque siempre se puede ir más lejos y adquirir directamente propiedades digitales.
¿Y para qué servirán estas propiedades digitales una vez se vaya desarrollando el metaverso? Pues para lo que sirven las propiedades físicas; establecimiento de viviendas, alquiler para abrir tiendas donde adquirir prendas, peinados, complementos o skins completas para nuestros avatares en el metaverso (no hay que olvidar que populares juegos como Fortnite obtienen una parte nada pequeña de sus beneficios vendiendo apariencias nuevas para personalizar a los personajes) o simplemente para especular con ellas, al fin y al cabo si en el futuro pasamos más y más tiempo conectados al metaverso, es de esperar que estas propiedades virtuales aumenten su valor, valor que puede que se pague con criptomonedas. Pero antes de lanzarse a invertir como un loco en el metaverso conviene tener en cuenta que puede que todavía estemos a décadas de que este se encuentre plenamente implantado, y quién sabe si los primeros universos virtuales se implantarán con éxito o serán un completo fiasco.